sábado, 1 de marzo de 2014

EL ENTRENAMIENTO DEL TENIS POR EL PROF. WILSON RINCON

EL ENTRENAMIENTO DEL TENIS Es una gran verdad que se compite como se entrena, la diferencia está en que en el entreno hay esfuerzo técnico y físico y en la competencia se involucran lo táctico y lo mental para enfrentar inteligentemente al rival y para manejar la presión y la ansiedad, respectivamente. El entrenamiento se podría considerar como la parte “aburrida” del tenista por la cantidad de horas que se invierten pero igualmente es la parte donde verdaderamente el tenista demuestra amor y pasión por este bello deporte y donde realmente se detecta si quiere convertirse en un gran tenista y si tiene la ambición de llegar lejos no sólo en la parte técnica sino en la parte física, táctica y mental. Cuando se comienza a jugar tenis desde pequeño la manera de enfocar los entrenamientos es otra, la diversión prevalece sobre el sacrificio y aquellos que son capaces de mantener esa ilusión y esa manera de trabajar tienen mucho camino ganado con el paso de los años. El tenis es un deporte sumamente competitivo, así se juegue a nivel recreativo por lo que no se pueden quejar los deportistas que lo practican. En este aspecto los tenistas tienen suerte porque en muchos otros deportes se entrena muy duro todos los días durante varios meses para competir únicamente tres o cuatro veces al año, incluso menos, como ocurre en algunos casos. El tenis te ofrece una oportunidad cada semana. Además, al ser un deporte técnico, táctico, físico y con puntuación se pueden trabajar aspectos muy diferentes del juego con lo que el entrenamiento se hace más llevadero que en otros deportes más físicos y monótonos. La parte “mala” es que, al no ser un deporte de marcas, las mejoras no son tan cuantificables como sí ocurre en otros. Cuando llegas a los torneos si no ganas partidos resulta algo más complicado encontrar la parte positiva del trabajo realizado en las semanas anteriores. Pero eso es relativo, muchas veces se pierde jugando bien o se gana jugando no tan bien. En el tenis nunca se llega a la perfección y siempre hay algo por mejorar. Actualmente se utilizan las estadísticas y los videos para mejorar aquellos elementos en los que se está fallando. Al igual que con otros aspectos es muy importante la predisposición del jugador para que toda esa información sirva de ayuda y se utilice de una manera positiva. Ni jugadores ni entrenadores dudan sobre que hay que entrenar bien para poder mejorar y que a mayor calidad de entreno mayor será la mejora. Pero de igual manera sabemos que la victoria depende de otros muchos factores, el principal de ellos el nivel de tu rival ese día. El tenis es un deporte bastante obsesivo y suele ocupar una gran parte de los pensamientos que tenemos durante el día. El problema es que, al igual que se puede entrenar bien o mal, también se puede pensar bien o mal y toda esa reflexión continua que ejerce el tenista es, a veces, más perjudicial que beneficiosa. Entrenar la parte mental con un profesional es algo importante pero debe ser el propio tenista el que decida dar ese paso ya que necesita creer en ese trabajo para que sea efectivo. No todos los jugadores y entrenadores sienten que la ayuda de un buen psicólogo deportivo especializado en este deporte es necesaria, pero cada día está cobrando mayor importancia. Creo que es un aspecto que si se concientiza desde pequeño y se ve como uno más dentro de la formación del jugador y de la persona, se desarrollaría de una manera más natural para el entrenador y el tenista. Hace algunos años ocurría lo mismo con la preparación física y ahora nadie concibe un entrenamiento completo sin un buen preparador físico que se ocupe de esa faceta. Este deporte ha evolucionado mucho en poco tiempo y el tenista que no se adapte a estas nuevas circunstancias está condenado al estancamiento y se le hace mucho más difícil alcanzar el éxito. La recuperación es otra parte importante dentro de la preparación del jugador y está incluido dentro del entrenamiento invisible como son los masajes, la fisioterapia, la buena alimentación, el descanso y cuidado personal, la responsabilidad en las salidas, etc., es decir, reposar “activamente” cuando no se entrena ni se compite, o sea, el aprovechamiento positivo del tiempo libre. El entrenamiento no es necesariamente la parte más sacrificada para el tenista ya que dependiendo del perfil de cada persona hay otras cosas que suponen mayor esfuerzo. El viajar treinta y cinco semanas al año, el dejar de lado otros hobbies que la mayoría de gente sí disfruta, la presión del día a día de la competición, saber soportar los malos momentos y las continuas dudas que este deporte provoca hasta que se alcanza cierto nivel y, sobre todo, el no compartir con la familia y amigos muchos momentos de la vida. Si bien cuando se entrena el objetivo debe ser el mismo para el jugador y para el entrenador no siempre resulta sencillo estar en la misma frecuencia. Muchos tenistas cuando se retiran, al día siguiente se dan cuenta de las muchas cosas poco importantes que lo han tenido preocupado durante sus carreras y cómo, una vez que la presión del día a día desaparece, resulta que se han intranquilizado por cuestiones banales e insignificantes. Cuando eres joven necesitas reafirmarte en las técnicas de los golpes, en los ejercicios físicos, en las estrategias de juego y a medida que pasa el tiempo, todo aquello que se ha entrenado se va controlando poco a poco a base de ir madurando y aquí es donde los entrenadores deben pasar al siguiente nivel de enseñanza modificando el proceso natural de pensamiento del jugador explicando y reflexionando las actitudes y aptitudes que el tenista debe asimilar más allá del rendimiento de su juego. El tenis es un deporte en el que las sensaciones son fundamentales y cuesta convencer al jugador de que las cosas están suficientemente bien si él no se siente seguro. Es una lucha continua para crear confianza en aquello que genera dudas y apuntalar las cosas que mejor se dominan para que cuando llegue el momento de la competición la combinación de ambos elementos lo acerque al éxito. Y digo acercar y no conseguir porque enfrente habrá otro jugador de tenis rival intentando hacer cada día absolutamente lo mismo que tú, que estará bien entrenado y que también merecerá alcanzar la victoria. Eso que resulta tan obvio, en ocasiones se olvida cuando se está compitiendo y pensamos que por el simple hecho de haber trabajado mucho y bien ya tenemos que obtener la recompensa. El trabajo bien realizado ofrece la posibilidad de conseguir el triunfo pero no te lo garantiza porque sólo puede ganar uno. En las derrotas es cuando hay que entrenar mejor y con más ganas, algo que no resulta sencillo en un deporte tan emocional. Los verdaderos campeones lo consiguen y son muy pocos y son aquellos que vemos por la televisión en los grandes torneos pero nadie se da cuenta que detrás de ellos hay miles o millones en el mundo que no han podido llegar y se han quedado a medio camino. Igualmente, nadie conoce todo el trabajo de años tanto técnico, físico, táctico y mental de todos aquellos jugadores que vemos por televisión en los grandes torneos. Esos grandes jugadores enseñan día a día el camino a los que empiezan sobre cómo entrenarse, sacrificarse, superarse y trabajar para llegar algún día a lo más alto. En definitiva, jugadores que han entrenado mucho y bien y que sin ello seguramente no hubiesen llegado tan arriba. La distancia entre el querer y el poder se acorta con el entrenamiento.

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